sábado, 31 de enero de 2009

LA MOCHILA

Alejandra Salgado
“El Mulá Nasrudín se encontraba en las afueras de Isfahan, descansando debajo de un árbol, cuando vio aparecer a un mochilero. -¿Dónde vas extranjero? – le preguntó cortésmente -En realidad no lo sé – contestó el caminante – ando en busca de felicidad. No necesito trabajar pues he cosechado una considerable fortuna, la vida no me ofrece mayores desafíos, y nada me satisface. Sin decir nada, de un salto, Nasrudín arrebató la mochila del desconocido y escapó a toda prisa. La víctima corrió detrás de él con todas las fuerzas de su alma. Pero el Mulá conocía bien el lugar, y todos sus atajos, así que no le fue difícil dejarlo atrás. Al llegar a una carretera Nasrudín abandonó la mochila y se escondió detrás de un arbusto. Un rato después llegó el desesperado viajero, que no podía dar crédito a sus ojos al ver a su mochila en medio del camino. Así que corrió hacia ella, la tomó y comenzó a saltar de alegría. Entonces, el Mulá salió del arbusto y le dijo: -Esa es una manera de crear felicidad.“

Loly Criado Plaza

La razón y la Pasión, son el timón y la vela ... De nuestra alma navegante.
Kahlil Gibram

CACHORRITOS EN VENTA

Ferjo

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que leía: "Cachorritos en venta". Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: "¿Cuál es el precio de los perritos?" El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas: "Sólo tengo > $2.37... ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. "¿Qué le pasa a ése perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!". Y el hombre replicó: > "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo". El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos". El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda". El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.

jueves, 29 de enero de 2009

Jim Warren

Yo soy el dueño de mi destino; yo soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley

TORNEO DE CANTO

David Schluss
Una vez llegó a la selva un búho que había estado en cautiverio, le contaba a todos acerca de las costumbres de los humanos. Contaba, por ejemplo, que en las ciudades los hombres calificaban a los artistas en competencia, a fin de decidir quienes eran los mejores en cada disciplina, pintura, dibujo, escultura, canto... La idea de transplantar costumbres humanas prendió con fuerza entre los animales y quizás por ello se organizó de inmediato un concurso de canto, en el cual se anotaron rápidamente casi todos los presentes, desde el jilguero al rinoceronte. Guiados por el búho, que había aprendido en la ciudad, se decretó que el concurso se definiría por el voto secreto y universal de todos los concursantes, que serían de esta manera su propio “jurado”. Así fue. Todos los animales incluido el hombre pasaron al estrado y cantaron recibiendo el más o menos intenso aplauso de la audiencia. Luego anotaron su voto en un papelito y lo colocaron doblado en una gran urna que sostenía el búho. Cuando llegó el momento del recuento, el búho se subió al improvisado escenario y flanqueado por dos ancianos monos, abrió la urna para leer y comenzar el recuento de los votos del “transparente acto eleccionario”, “gala del voto universal y secreto” y “ejemplo de vocación democrática” (como había escuchado decir a los políticos en las ciudades).Uno de los ancianos sacó el primer voto y el búho, ante la emoción general, gritó: - ¡El primer voto, hermanos, es para nuestro amigo el burro! Se produjo un silencio, seguido de algunos tímidos aplausos. - ¡Segundo voto: burro! ...¿?... - ¡Tercero... burro! Los concurrentes comenzaron a mirarse, sorprendidos al principio, acusadoramente después y por último, cuando proseguían apareciendo votos para el burro, cada vez más culposos y avergonzados de sus propios votos. Todos sabían que no había peor canto que el desastroso rebuzno del equino. Sin embargo, uno tras otro, los votos lo elegían como el mejor de los cantores. Y así sucedió que, terminado el escrutinio, quedó decidido por “libre elección” del “imparcial” jurado, que el desigual y estridente grito del burro era el ganador: LA MEJOR VOZ DE LA SELVA Y ALREDEDORES. El búho explicó después lo sucedido: cada concursante considerándose a sí mismo el indudable vencedor, había dado su voto al menos calificado de los concursantes. Aquel que no podía representar amenaza alguna a su propia proclamación. La votación fue casi unánime. Sólo dos votos no fueron para el burro: el del propio burro que nada tenía para perder y votó sinceramente por la calandria y el del hombre que (cuándo no), votó por sí mismo.

martes, 27 de enero de 2009

LA PERSONA CORRECTA

Irina

Quizás Dios quiere que conozcamos unas pocas personas equivocadas antes de conocer a la correcta, para que cuando finalmente conozcamos a la persona correcta, sepamos cómo estar agradecidos por ese regalo. Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto la puerta cerrada que no vemos la que ha sido abierta para nosotros. El mejor tipo de amigo es aquel con quien te puedes sentar en el patio y columpiarte con él, sin decir una palabra, y después irte sintiendo como si hubiera sido la mejor conversación que jamás tuviste. Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos qué nos está faltando hasta que llega. ¡Darle a alguien todo tu amor nunca es una garantía de que te amará de vuelta! No esperes amor a cambio, sólo espera a que crezca en su corazón, pero si no lo hace, alégrate de que creció en el tuyo. No te fijes en la pinta; te puede decepcionar. No te fijes en la riqueza; incluso eso se desvanece. Fíjate en alguien que te haga sonreír porque se necesita sólo una sonrisa para hacer que un día oscuro parezca claro. Encuentra al que hace sonreír a tu corazón. Sueña lo que tú quieres soñar; anda donde tú quieras ir; se lo que tú quieres ser, porque sólo tienes una vida y una oportunidad para hacer todas las cosas que quieres hacer. Que tengas suficiente felicidad que te haga dulce, suficientes pruebas que te hagan fuerte, suficiente esperanza que te haga feliz. Ponte siempre en los zapatos del otro. Si sientes que te duele probablemente también le duele a la otra persona. La felicidad está con aquellos que lloran, aquellos que están dolidos, aquellos que han buscado, y aquellos que han intentado, porque sólo ellos pueden apreciar la importancia de aquella gente que ha tocado sus vidas. La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos tan sólo saben sacar lo mejor de todo lo que se les presenta en el camino.

LA OPORTUNIDAD PERDIDA

Alberto Pancorbo

Un hombre recibió una noche la visita de un ángel, quien le comunicó que le esperaba un futuro fabuloso: se le daría la oportunidad de hacerse rico, de lograr una posición importante y respetada dentro de la comunidad y de casarse con una mujer muy hermosa.
Ese hombre se pasó la vida esperando que los milagros prometidos llegasen, pero nunca lo hicieron, así que al final murió solo y pobre. Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que le había visitado tiempo atrás y protestó: "Me prometiste riqueza una buena posición social y una bella esposa. ¡Me he pasado la vida esperando en vano!".
-Yo no te hice esa promesa, replicó el ángel, " Te prometí la oportunidad de riqueza, una buena posición social y una esposa hermosa".
El hombre estaba realmente intrigado. "No entiendo lo que quieres decir", confesó.
-"Recuerdas que una vez tuviste la idea de montar un negocio, pero el miedo al fracaso te detuvo y nunca lo pusiste en practica?"
El hombre asintió con un gesto. "Al no decidirte unos años más tarde se le dio la idea a otro hombre que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerla en practica.
Recordarás que se convirtió en uno de los hombres más ricos de la ciudad".
-"También recordarás", prosiguió el ángel, "aquella ocasión en que un terremoto asoló la ciudad derrumbó muchos edificios y miles de personas quedaron atrapadas en ellos. En aquella ocasión tuviste la oportunidad de ayudar a encontrar y rescatar a los supervivientes, pero no quisiste dejar tu hogar solo por miedo a que los muchos saqueadores que había te robasen tus pertenencias: así que ignoraste la petición de ayuda y te quedaste en casa".
El hombre asintió con vergüenza.
"Esa fue tu gran oportunidad de salvarle la vida a cientos de personas, con lo que hubieras ganado el respeto de todos ellos", continuo el ángel.
-"Por último, ¿recuerdas aquella hermosa mujer, que te había atraído tanto? La creías incomparable a cualquier otra y nunca conociste a nadie igual.
Sin embargo, pensaste que tal mujer nos se casaría con alguien como tú y para evitar el rechazo, nunca llegaste a proponérselo". El hombre volvió a asentir, pero ahora las lágrimas rodaban por sus mejillas.
"Si amigo mío, ella podría haber sido tu esposa", dijo el ángel. "Y con ella se te hubiera otorgado la bendición de tener hermosos hijos y multiplicar la felicidad en tu vida".
A todos se nos ofrece a diario muchas oportunidades, pero muy a menudo, como el hombre de la historia, las dejamos pasar por nuestros temores e inseguridades.
Pero tenemos una ventaja sobre el hombre de esta historia. Aún estamos vivos.

sábado, 24 de enero de 2009

EL PERRO QUE NO PODIA BEBER

Rob Gonsalves
Le preguntaron a Shibli: - ¿Quién te guió en el camino? Contestó: - Un perro. Un día lo encontré casi muerto de sed a la orilla del río. Cada vez que veía su imagen en el agua, se asustaba y se alejaba creyendo que era otro perro. Finalmente, fue tal su necesidad que venciendo su miedo se arrojó al agua; y, entonces, “el otro perro” se esfumó. El perro descubrió que el obstáculo era él mismo y la barrera que lo separaba de lo que buscaba había desaparecido. De esta misma manera, mi propio obstáculo desapareció cuando comprendí que era mi propio ser. Fue la conducta de un perro lo que me señaló por primera vez el Camino.

El camino del sufí.

viernes, 23 de enero de 2009

COMO HACERTE SABER

Irina

Como hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.

Que la forma no se pierde con abrirnos.

Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.

Que no está prohibido amar.
Que también se puede odiar.

Cómo hacerte saber que nadie establece
normas salvo la vida!...
Que el odio y el amor son afectos.

Que la agresión porque sí, hiere mucho.

Que las heridas se cierran.

Que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.

Que los afectos nos definen.

Que definirse no es remar contra la corriente.

Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.

Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.

Que negar palabras implica abrir distancias.

Que encontrarse es muy hermoso.

Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.

Que la vida parte del sexo.

Que el por qué de los niños tiene un por qué.

Que querer saber de alguien no solo es curiosidad.

Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.
Que nunca está de más agradecer.
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.

Que nadie quiere estar solo.

Que para no estar solo hay que dar.

Que para dar debimos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber como pedir.

Que saber pedir no es regalarse.

Que regalarse es en definiva no quererse.
Que para que nos quieran debemos mostrar quienes somos.

Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.

Que adular no es ayudar.

Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.

Que las cosas cara a cara son honestas.

Que nadie es honesto porque no roba.

Que el que roba no es ladrón por placer.

Que cuando no hay placer en hacer las cosas, no se está viviendo.

Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.

Que se puede estar muerto en vida.

Que se siente con el cuerpo y la mente.

Que con los oídos se escucha.

Que cuesta ser sensible y no herirse.

Que herirse no es desangrarse.

Que para no ser heridos levantamos muros.

Que quien siembra muros no recoge nada.
Que casi todos somos albañiles de muros.

Que sería mucho mejor construir puentes.

Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.

Que volver no implica retroceder.
Que retroceder puede ser también avanzar.

Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

Como hacerte saber, que nadie establece normas, salvo la vida!...


Mario Benedetti

ANSIEDAD

James Coleman

Muchas veces el aspirante procede respecto a la verdad tan ignorantemente como el hombre de esta historia.
No conocía la madera de sándalo, pero había escuchado mucho sobre sus excelencias. Nació así en él un fuerte deseo por conocer esa clase de madera tan ponderada y entonces decidió escribir a sus mejores amigos para pedirles un pedazo de esa clase de madera.
De este modo, escribió numerosas cartas a sus amigos y en todas ellas hacía la misma petición: «Por favor, enviadme madera de sándalo.»
Y un día, de repente, descubrió que el lápiz con el que llevaba meses escribiendo aquellas cartas era precisamente de olorosa madera de sándalo. El ser humano busca la felicidad fuera de él, cuando la verdadera y estable felicidad se halla en su interior.

Pide lo que ya tiene, busca lo que nunca ha perdido.

jueves, 22 de enero de 2009

CUENTO SIN "U".

Mati Klarwein

Caminaba distraídamente por el camino y de pronto lo vio.
Allí estaba el imponente espejo de mano, al costado del sendero, como esperándolo.
Se acercó, lo alzó y se miró en él. Se vio bien.
No se vio tan joven, pero los años habían sido bastante bondadosos con él.
Sin embargo había algo desagradable en la imagen de sí mismo.
Cierta rigidez en los gestos lo conectaba con los aspectos más agrios de la propia historia:
La bronca,
el desprecio,
la agresión,
el abandono,
la soledad.
Sintió la tentación de llevárselo, pero rápidamente desechó esa idea.
Ya había bastantes cosas desagradables en el planeta para cargar con otra más.
Decidió irse y olvidar para siempre ese camino y ese espejo insolente.
Caminó dos horas tratando de vencer la tentación de volver atrás hacia el espejo. ese misterioso objeto lo atraía como los imanes atraen a los metales.
Resistió y aceleró el paso.
Tarareaba canciones infantiles para no pensar en esa imagen horrible de sí mismo.
Corriendo, llegó a la casa donde había vivido desde siempre, se metió vestido en la cama y se tapó la cabeza con las sábanas.
Ya no veía el exterior, ni el sendero, ni el espejo, ni la imagen de él mismo reflejada en el espejo; pero no podía evitar la memoria de esa imagen:
la del resentimiento,
la del dolor,
la de la soledad,
la del desamor,
la del miedo,
la del menosprecio.
Había ciertas cosas indecibles e impensables...
...Pero él sabía dónde había empezado todo esto.
Empezó esa tarde, hace treinta y tantos años...
El niño estaba tendido, llorando frente al lago el dolor del maltrato de los otros.
Esa tarde el niño decidió borrar, para siempre, la letra del alfabeto. Esa letra. Era la U.
La letra necesaria para nombrar al otro si está presente.
La letra imprescindible para hablarle a los demás, al dirigirles la palabra.
Sin manera de nombrarlos dejarían de ser deseados... y entonces no habría motivo para sentirlos necesarios... y sin motivo ni forma de invocarlos, se sentiría, por fin, libre.....

EPÍLOGO:

Escribiendo sin "U" puedo hablar hasta el cansancio de mí, de lo mío, del yo, de lo que tengo, de lo que me pertenece...
Hasta puedo escribir de él, de ellos y de los otros.
Pero sin "U" no puedo hablar de vosotros, del tú, de lo vuestro.
No puedo hablar de lo suyo, de lo tuyo, ni siquiera de lo nuestro.
Así me pasa...
A veces pierdo la "U".... y dejo de poder hablarte, pensarte, amarte, decirte.
Sin "U" yo me quedo pero tú desapareces...
Y sin poder nombrarte, ¿cómo podría disfrutarte?
Como en el cuento... si tú no existes, me condeno a ver lo peor de mí mismo reflejándose eternamente, en el mismo mismísimo tonto espejo.

Cuentos Para Pensar -Jorge Bucay-

EL DINERO NO LO ES TODO

Simon BullCON EL DINERO...

Puedes comprar una Casa pero NO un Hogar.
Puedes comprar un Templo pero NO una Congregación.
Puedes comprar una Cama pero NO el Sueño.
Puedes comprar un Reloj pero NO el Tiempo.
Puedes comprar un Libro pero NO el Conocimiento.
Puedes comprar una Posición pero NO el Respeto.
Puedes comprar una Medicina pero NO la Salud.
Puedes comprar la Sangre pero NO la Vida.
Puedes comprar el Sexo pero NO el Amor.

Esto demuestra que el dinero NO LO ES TODO, busca la felicidad en las cosas verdaderas, eternas y transcendentes, aunque parezcan sencillas.

martes, 20 de enero de 2009

LENTEJAS

Loly Criado Plaza

Un día, estaba Diógenes comiendo un plato de lentejas sentado en el umbral de una casa cualquiera. No había nada en toda Atenas más barato en comida que el guiso de lentejas. Dicho de otra manera, comer guiso de lentejas era definirse en estado de la mayor precariedad. Pasó un ministro del emperador y le dijo: - ¡Ay! Diógenes, si aprendieras a ser más sumiso y a adular un poco al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas. Diógenes dejó de comer, levantó la vista y mirando al acaudalado interlocutor profundamente, le dijo: -Ay de ti, hermano. Si aprendieras a comer un poco de lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.

LAS RANAS EN LA CREMA

Alejandra Salgado

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema. Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar. Una de ellas dijo en voz alta: - No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril. Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo: - No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que me llegue mi hora. Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. Horas y horas! Y de pronto... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear... La crema, se transformó en manteca. La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote. Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.

Recuentos Para Demian -Jorge Bucay-

EL VALOR DE CADA UNO

Loly Criado Plaza

Un niño entró en una tienda de animales y preguntó el precio de unos cachorros que estaban en venta.
-Entre 30 y 50 euros, respondió el dueño.
El niño sacó unas monedas de su bolsillo y dijo:
-Sólo tengo 2 euros...¿Podría ver los perritos?
El dueño de la tienda sonrió y llamó a Fifi, la madre de los cachorritos, que vino corriendo, seguida de cinco bolitas de pelo. Uno de los cachorritos venía el último y caminaba con dificultad.
El niño, señalando a aquel cachorrito, preguntó:
-¿Qué le ha pasado?
El dueño de la tienda le dijo que el veterinario le había examinado y descubrió que tenía un problema en el hueso de la cadera, de manera que siempre caminaría con dificultad.
El niño se animó y dijo con los ojos llenos de alegría:
¡Ése es el perrito que quiero comprar!
El dueño de la tienda respondió:
-No, a este no lo puedes comprar. Si de veras lo quieres, te lo regalo.
El niño guardó silencio y con los ojos llenos de lágrimas, miró fijamente al dueño de la tienda y le dijo:
-Yo no quiero que usted me lo regale. Este perrito vale igual que cualquiera de los otros y yo voy a pagarlo todo. Le doy ahora 2 euros, y le iré pagando cinco euros cada mes, hasta pagar todo.
Sorprendido, el dueño de la tienda le contestó:
-¿Cómo vas a comprar este perrito? Nunca podrá correr, saltar o jugar contigo y con los otros perritos.
El niño, muy serio, se agachó y se descubrió lentamente la pierna izquierda, dejando ver la prótesis que usaba para andar... Y, mirando al dueño de la tienda le respondió:
-Mire...a mí me falta una pierna...Yo no corro muy bien y el perrito va a necesitar de alguien que lo entienda.
A veces despreciamos a las personas con quienes convivimos todos los días a causa de sus defectos, cuando en realidad todos somos iguales o peor que ellas. No nos damos cuenta de que esas mismas personas necesitan de alguien que las comprenda y las ame, no por lo que ellas pudieran hacer, sino por lo que realmente son. Amar a todos es difícil, pero no imposible.

lunes, 19 de enero de 2009

EL TESORO ENTERRADO

Mati Klarwein

Había una vez en la ciudad de Cracovia, un anciano piadoso y solidario que se llamaba Izy. Durante varias noches, Izy soñó que viajaba a Praga y llegaba hasta un puente sobre un río; soñó que a un costado del río y debajo del puente se hallaba un frondoso árbol. Soñó que él mismo cavaba un pozo al lado del árbol y que de ese pozo sacaba un tesoro que le traía bienestar y tranquilidad para toda su vida. Al principio Izy no le dio importancia, pero después de repetirse el sueño durante varias semanas, interpretó que era un mensaje y decidió que él no podía desoír esta información que le llegaba de Dios o no se sabía de dónde, mientras dormía. Así que, fiel a su intuición, cargó su mula para una larga travesía y partió hacia Praga. Después de seis días de marcha, el anciano llegó a Praga y se dedicó a buscar, en las afueras de la ciudad, el puente sobre el río. No había muchos ríos, ni muchos puentes. Así que rápidamente encontró el lugar que buscaba. Todo era igual que en su sueño: el río, el puente ya un costado del río, el árbol debajo del cual debía cavar. Sólo había un detalle que en el sueño no había aparecido: el puente era custodiado día y noche por un soldado de la guardia imperial. Izy no se animaba a cavar mientras estuviera allí el soldado, así que acampó cerca del puente y esperó. A la segunda noche el soldado empezó a sospechar de ese hombre cerca de SU puente, así que se aproximó para interrogarlo. El viejo no encontró razón para mentirle. Por eso le contó que venía viajando desde una ciudad muy lejana, porque había soñado que en Praga debajo de un puente como éste, había un tesoro enterrado. El guardia empezó a reírse a carcajadas: -Mira que has viajado mucho por una estupidez –le dijo el guardia-. Hace tres años que yo sueño todas las noches que en la ciudad de Cracovia, debajo de la cocina de la casa de un viejo loco, de nombre Izy, hay un tesoro enterrado. Ja... Ja... mira si yo debiera irme a Cracovia para buscar a este Izy y cavar debajo de su cocina... Ja... Ja... Ja... Izy agradeció humildemente al guardia y regresó a su casa. Al llegar, cavó un pozo debajo de su propia cocina y sacó el tesoro que siempre había estado allí enterrado...

domingo, 18 de enero de 2009

VALE LA PENA

John Pitre

Vale la pena cada espina, cada rosa. Cada lágrima que riega lo que florecerá en sonrisa, porque la vida es maravillosa. Por ella misma; no importan las penas, no importa el desamor, porque pasa... todo pasa y el sol vuelve a brillar.
¡Hagamos que nuestra vida valga la pena!.
Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.
Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras.
Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón.
Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos; a través de ella me
reconozco frágil y me muestro tal cuál soy.
Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.
Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.

Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.
Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.
Vale la pena voltear hacia atrás, porque así sé que he dejado huellas en los demás.
Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.
Todo esto son sólo palabras, letras entrelazadas con el único fin de dar una idea.
Lo demás, depende de cada uno de nosotros.
Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.

¡Hagamos que nuestra vida valga la pena!.

¡Seamos Felices!

¿Verdad que vale la pena?

QUEDA PROHIBIDO

Alberto Pancorbo

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, no creer en Dios y hacer tu destino, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen más que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia, no tener un momento para la gente que te necesita, no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

Pablo Neruda

sábado, 10 de enero de 2009

SOY

Irina

Una piedrecita que se introdujo en mi zapato me hizo comprender que tenía pie.
Una duda que se introdujo en mi frente me hizo comprender que Soy.
Un sufrimiento que se pegó a mi corazón me hizo sentirme.
Bendito seas tú, Hermano Sufrimiento porque a través de ti me realizo y a través de ti me doy. Perdóname por las veces que me cierro para que no vengas, y las veces que lucho por no tenerte. Perdóname porque no comprendo que cuando vienes a mí me limpias. Cuando te sientas en mí me haces reflexionar, y cuando caminas por mi ser lo haces oloroso y perfumado como lo son los jazmines y las azucenas y los nardos.
Perdóname y ven a mí aun sin que yo te abra las puertas; porque cuando te vayas habrás dejado mi casa limpia y los cristales de mi alma más relucientes.

-Cayetano Arroyo-