domingo, 24 de mayo de 2009

Rob Gonsalves

Quien carece de valentía encuentra siempre una filosofía que lo justifica.
Albert Camus

sábado, 23 de mayo de 2009

FÓRMULA INFALIBLE PARA LOGRAR EL FRACASO CON ÉXITO

Mayte

-Mira resignadamente el último peldaño de la escalera del éxito.
-Elabora cuidadosamente diez razones por las cuales tú no puedas tener éxito.

-Colecciona fracasos amorosos y de todo tipo.

-No elabores un concepto de renombre ni de éxito para Ti mismo.

-Llora permanentemente todas tus miserias y cuéntaselas todas a la mayoría de las personas que conozcas.

-Auto acúsate de todo lo negativo.
-Siente alegría cuando las corazonadas negativas se hacen realidad.
-Piensa que para ti no hay oportunidad, que si la hubo ya la perdiste, que todas las puertas se cerraron y que no hay ninguna salida.
-No luches por tus ideales, di siempre "no puedo" (tu frase preferida).

-Repite permanentemente "el éxito no es para mi".

-No trabajes, no estudies, no sueñes ni hagas nada, no sientas amor ni pasión, ni interés por nada ni por nadie.
-Entrégate con furor a las adicciones negativas: alcohol, tabaco, etc.

!Te felicito! !Eres un total Éxito en el fracaso!

miércoles, 13 de mayo de 2009

ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

David Schluss

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea.
Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera para algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija.
Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En esto entro el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un fino mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación.
Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
-"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de su fortaleza y de trabajar juntos.
Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán.
Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.
Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo. Pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar los éxitos humanos.

Mamerto Menapace

martes, 12 de mayo de 2009

9 VACAS

Irina

Dos amigos marineros viajaban en un buque carguero por todo el mundo, y andaban todo el tiempo juntos. Así que, esperaban la llegada a cada puerto para bajar a tierra, encontrarse con mujeres, beber y divertirse. Un día llegan a una isla perdida en el Pacífico, desembarcan y se van al pueblo para aprovechar las pocas horas que iban a permanecer en tierra. En el camino se cruzan con una mujer que está arrodillada en un pequeño río lavando ropa. Uno de ellos se detiene y le dice al otro que lo espere, que quiere conocer y conversar con esa mujer. El amigo, al verla y notar que esa mujer no es nada del otro mundo, le dice que para qué, si en el pueblo seguramente iban a encontrar chicas más lindas, más dispuestas y divertidas. Sin embargo, sin escucharlo, el primero se acerca a la mujer y comienza a hablarle y preguntarle sobre su vida y sus costumbres. Cómo se llama, qué es lo que hace, cuantos años tiene, si puede acompañarlo a caminar por la isla. La mujer escucha cada pregunta sin responder ni dejar de lavar la ropa, hasta que finalmente le dice al marinero que las costumbres del lugar le impiden hablar con un hombre, salvo que este manifieste la intención de casarse con ella, y en ese caso debe hablar primero con su padre, que es el jefe o patriarca del pueblo. El hombre la mira y le dice: “Está bien. Llévame ante tu padre. Quiero casarme contigo”. El amigo, cuando escucha esto, no lo puede creer. Piensa que es una broma, un truco de su amigo para entablar relación con esa mujer. Y le dice: “¿Para qué tanto lío? Hay un montón de mujeres más lindas en el pueblo. ¿Para qué tomarse tanto trabajo?”. El hombre le responde: “No es una broma. Me quiero casar con ella. Quiero ver a su padre para pedir su mano”. Su amigo, más sorprendido aún, siguió insistiendo con argumentos tipo: “¿Tu estás loco?”, “¿Qué le viste?”, “¿Qué te pasó?”, “¿Seguro que no tomaste nada?” y cosas por el estilo. Pero el hombre, como si no escuchase a su amigo, siguió a la mujer hasta el encuentro con el patriarca de la aldea. El hombre le explica que habían llegado recién a esa isla, y que le venía a manifestar su interés de casarse con una de sus hijas. El jefe de la tribu lo escucha y le dice que en esa aldea la costumbre era pagar una dote por la mujer que se elegía para casarse. Le explica que tiene varias hijas, y que el valor de la dote varía según las bondades de cada una de ellas, por las más hermosas y más jóvenes se debía pagar 9 vacas, las había no tan hermosas y jóvenes, pero que eran excelentes cuidando los niños, que costaban 8 vacas, y así disminuía el valor de la dote al tener menos virtudes. El marino le explica que entre las mujeres de la tribu había elegido a una que vio lavando ropa en un arroyo, y el jefe le dice que esa mujer, por no ser tan agraciada, le podría costar 3 vacas. “Está bien” respondió el hombre, “me quedo con la mujer que elegí y pago por ella nueve vacas”. El padre de la mujer, al escucharlo, le dijo: “Ud. no entiende. La mujer que eligió cuesta tres vacas, mis otras hijas, más jóvenes, cuestan nueve vacas”. “Entiendo muy bien”, respondió nuevamente el hombre, “me quedo con la mujer que elegí y pago por ella nueve vacas”. Ante la insistencia del hombre, el padre, pensando que siempre aparece un loco, aceptó y de inmediato comenzaron los preparativos para la boda, que iba a realizarse lo antes posible. El marinero amigo no lo podía creer. Pensó que el hombre había enloquecido de repente, que se había enfermado, que se había contagiado de una rara fiebre tropical. No aceptaba que una amistad de tantos años se iba a terminar en unas pocas horas. Que él partiría y su mejor amigo se quedaría en una perdida islita del Pacífico. Finalmente, la ceremonia se realizó, el hombre se casó con la mujer nativa, su amigo fue testigo de la boda y a la mañana siguiente partió en el barco, dejando en esa isla a su amigo de toda la vida. El tiempo pasó, el marinero siguió recorriendo mares y puertos a bordo de los barcos cargueros más diversos y siempre recordaba a su amigo y se preguntaba: “¿qué estaría haciendo?, ¿cómo sería su vida?, ¿viviría aún?”. Un día, el itinerario de un viaje lo llevó al mismo puerto donde años atrás se había despedido de su amigo. Estaba ansioso por saber de él, por verlo, abrazarlo, conversar y saber de su vida. Así es que, en cuanto el barco amarró, saltó al muelle y comenzó a caminar apurado hacia el pueblo. “¿Dónde estaría su amigo?, ¿Seguiría en la isla?, ¿Se habría acostumbrado a esa vida o tal vez se habría ido en otro barco?” De camino al pueblo, se cruzó con un grupo de gente que venía caminando por la playa, en un espectáculo magnífico. Entre todos, llevaban en alto y sentada en una silla a una mujer bellísima. Todos cantaban hermosas canciones y obsequiaban flores a la mujer y esta los retribuía con pétalos y guirnaldas. El marinero se quedó quieto, parado en el camino hasta que el cortejo se perdió de su vista. Luego, retomó su senda en busca de su amigo. Al poco tiempo, lo encontró. Se saludaron y abrazaron como lo hacen dos buenos amigos que no se ven durante mucho tiempo. El marinero no paraba de preguntar: “¿Y cómo te fue?, ¿Te acostumbraste a vivir aquí?, ¿Te gusta esta vida?, ¿No quieres volver?” Finalmente se anima a preguntarle: “¿Y como está tu esposa?” Al escuchar esa pregunta, su amigo le respondió: “Muy bien, espléndida. Es más, creo que la viste llevada en andas por un grupo de gente en la playa que festejaba su cumpleaños”. El marinero, al escuchar esto y recordando a la mujer insulsa que años atrás encontraron lavando ropa, preguntó: “¿Entonces, te separaste? No es misma mujer que yo conocí, ¿no es cierto?”. “Si” dijo su amigo, “es la misma mujer que encontramos lavando ropa hace años atrás”. “Pero, es muchísimo más hermosa, femenina y agradable, ¿cómo puede ser?”, preguntó el marinero. “Muy sencillo” respondió su amigo. “Me pidieron de dote 3 vacas por ella, y ella creía que valía 3 vacas. Pero yo pagué por ella 9 vacas, la traté y consideré siempre como una mujer de 9 vacas. La amé como a una mujer de 9 vacas. Y ella se transformó en una mujer de 9 vacas”. Cuando alguien nos valora y nos estimula, con sinceridad y amor, obramos cambios impensados... “Sólo Pierde Quien Deja de Intentar”

ALMUERZO CON DIOS

Jim Warren

Un niño pequeño quería conocer a Dios. Sabía que tendría que hacer un largo viaje para llegar hasta donde Él vive, así que guardó en su maleta pastelitos de chocolate y refrescos de fruta…Y empezó su andadura. Cuando había caminado unas horas, se encontró con una mujer anciana. Estaba sentada en un banco del parque, sola, contemplando en silencio algunas palomas que picoteaban migajas de pan que ella les arrojaba.El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Comenzó a beber uno de sus refrescos cuando notó que la anciana le miraba, así que le ofreció uno de ellos. Ella agradecida lo aceptó y le sonrió. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así que le ofreció entonces uno de sus pastelillos. De nuevo ella le sonrió. El niño estaba encantado, y se quedó toda la tarde junto a ella, comiendo y sonriendo, aunque sin hablar una palabra. Cuando oscurecía, el niño se levantó para irse. Dio algunos pasos, pero se detuvo; dio vuelta atrás, corrió hacia la anciana y le dio un abrazo. Ella después de abrazarlo, le dedicó la más grande sonrisa de su vida. Cuando el niño llegó a su casa, su madre quedó sorprendida de la cara de felicidad que traía. Entonces le preguntó: "Hijo, ¿qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?". El niño le contestó:"¡Hoy almorcé con Dios!"... Y antes de que su madre reaccionara, añadió: -"Y ¿sabes? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que nunca he visto!"Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa. Su hijo se quedó sorprendido de la expresión de paz que reflejaba en su cara, y le preguntó: -"Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha puesto tan feliz?“. La anciana le contestó: -"¡Comí pastelitos de chocolate con Dios, en el parque!"... Y antes de que su hijo respondiera, añadió: -"Y ¿sabes? ¡Es más joven de lo que yo pensaba!" …

Moraleja:

Con frecuencia, no damos importancia al poder de un abrazo, de una palmada en la espalda, de una sonrisa sincera, de una palabra de aliento, de un oído que escucha, de un cumplido sincero, o del acto más pequeño de preocupación... Mas todos esos detalles tienen el mágico poder de cambiar tu vida o la de los demás, de darle un gran giro y hacerla feliz. Todas las personas llegan a nuestras vidas por una razón, bien sea por un tiempo o se quedan para toda una vida. ¡Recíbelos a todos por igual!

¡¡¡ AH, Y NO OLVIDES ALMORZAR SIEMPRE CON DIOS...!!!
Simon Bull

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Pablo Neruda

SIN NOMBRE CITADO

Rob Gonsalves

En el silencio de mi pensamiento percibo todo mi
mundo interno como si fuera una semilla, de alguna
manera pequeña e insignificante pero también
pletórica de potencialidades. ...Y veo en sus
entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol
de mi propia vida en proceso de desarrollo.
En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu
del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo
transformarse en árbol, Cayendo en tierra fértil,
absorbiendo los jugos que la alimentan,
expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de
flores y de frutos, para poder dar lo que tienen
que dar.
Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y
tantas son las semillas como son los sueños secretos.
Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el
tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz,
morir como semillas... para convertirse en árboles.
Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos
digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz
interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros
sueños semilla.
Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos
y señales de toda clase, en cada hecho, en cada
momento, entre las cosas y entre las personas, en
los dolores y en los placeres, en los triunfos y
en los fracasos.
Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a
vernos, a escucharnos, a darnos cuenta.
Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o
en relámpagos de lucidez enceguecedora.
Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...
Y un día, mientras transitamos este eterno
presente que llamamos vida, las semillas de
nuestros sueños se transformarán en árboles, y
desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas,
cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo
nuestro pasado y nuestro futuro.
Nada hay que temer, ...una sabiduría interior las
acompaña... porque cada semilla sabe.... cómo
llegar a ser árbol...

Cuentos Para Pensar - Jorge Bucay-

lunes, 11 de mayo de 2009

Mayte

"Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en el medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia y sólo existe aquel momento."

-El Alquimista-Paulo Coelho

EL MONSTRUO DEL RIO

James Colleman

“El sacerdote de la aldea era distraído en sus oraciones por los niños que jugaban ¡unto a su ventana. Para librarse de ellos, les gritó: «¡Hay un terrible monstruo río abajo. Id corriendo allá y podréis ver cómo echa fuego por la nariz!». Al poco tiempo, todo el mundo en la aldea había oído hablar de la monstruosa aparición y corría hacia el río. Cuando el sacerdote lo vio, se unió a la muchedumbre. Mientras se dirigía resollando hacia el río, que se encontraba cuatro millas más abajo, iba pensando: «La verdad es que yo he inventado la historia. Pero quién sabe si será cierta… “Es mucho más fácil creer en los dioses que hemos creado si somos capaces de convencer a los demás de su existencia.”

SOLOS Y ACOMPAÑADOS

Rob Gonsalves

Aquel señor había viajado mucho. A lo largo de su vida, había visitado cientos de países reales e imaginarios. Uno de los viajes que más recordaba era su corta visita al País de las Cucharas Largas. Había llegado a la frontera por casualidad: en el camino de Uvilandia a Parais, había un pequeño desvío hacia el mencionado país; y explorador como era, tomó el desvío. El sinuoso camino terminaba en una sola casa enorme. Al acercarse, notó que la mansión parecía dividida en dos pabellones: un ala Oeste y un ala Esta. Estacionó el auto y se acercó a la casa. En la puerta, un cartel anunciaba:
“PAÍS DE LAS CUCHARAS LARGAS” “ESTE PEQUEÑO PAÍS CONSTA SÓLO DE DOS HABITACIONES LLAMADAS NEGRA Y BLANCA. PARA RECORRERLO, DEBE AVANZAR POR EL PASILLO HASTA QUE ESTE SE DIVIDE Y DOBLAR A LA DERECHA SI QUIERE VISITAR LA HABITACIÓN NEGRA, O A LA IZQUIERDA SI LO QUE QUIERE ES VISITAR LA HABITACIÓN BLANCA.” El hombre avanzó por el pasillo y el azar lo hizo doblar primero a la derecha. Un nuevo corredor de unos cincuenta metros terminaba en una puerta enorme. Desde los primeros pasos por el pasillo, empezó a escuchar los “ayes” y quejidos que venían de la habitación negra. Por un momento las exclamaciones de dolor y sufrimiento lo hicieron dudar, pero siguió adelante. Llegó a la puerta, la abrió y entró. Sentados alrededor de una mesa enorme, había cientos de personas. En el centro de la mesa estaban los manjares más exquisitos que cualquiera podría imaginar y aunque todos tenían una cuchara con la cual alcanzaban el plato central... se estaban muriendo de hambre. El motivo era que las cucharas tenían el doble del largo de su brazo y estaban fijadas a sus manos. De ese modo todos podían servirse, pero nadie podía llevarse el alimento a la boca. La situación era tan desesperante y los gritos tan desgarradores, que el hombre dio media vuelta y salió casi huyendo del salón. Volvió al hall central y tomó el pasillo de la izquierda que iba a la habitación blanca. Un corredor igual al otro terminaba en una puerta similar. La única diferencia era que, en el camino, no había quejidos, ni lamentos. Al llegar a la puerta, el explorador giró el picaporte y entró en el cuarto. Cientos de personas estaban también sentados en una mesa igual a la de la habitación negra. También en el centro había manjares exquisitos. También cada persona tenía una larga cuchara fijada a su mano... Pero nadie se quejaba ni lamentaba. Nadie estaba muriendo de hambre, porque todos... se daban de comer unos a otros. El hombre sonrió, se dio media vuelta y salió de la habitación blanca. Cuando escuchó el “clic” de la puerta que se cerraba se encontró de pronto y misteriosamente en su propio auto, manejando camino a Paris...

EL MUSEO

Guillermo Pérez Villalta

Un anciano, que tenía un grave problema de miopía, se consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con algunos amigos. Se le olvidaron las gafas en su casa y no podía ver los cuadros con claridad, pero eso no lo detuvo para defender sus controvertidas opiniones. Tan pronto entraron en la sala, comenzó a criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo: - El marco es completamente inadecuado para el cuadro. El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es una falta de respeto. El anciano siguió su parloteo sin parar hasta que su esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó discretamente para decirle en voz baja: "Querido, estas mirando un espejo". Nuestras propias faltas, las cuales tardamos en reconocer y admitir, parecen muy grandes cuando las vemos en los demás. Debemos mirarnos en el espejo más a menudo, observar bien para detectarlas y tener el valor de corregirlas.

martes, 5 de mayo de 2009

NUESTRO PRIMER PENSAMIENTO

Rob Gonsalves

Había una vez un sabio que vivía en un pueblo y a quien muchos iban a ver en busca de consejo e información. Cierto día, un recién llegado fue a ver al sabio y le dijo: ¿Qué clase de gente vive aquí? Pero el sabio respondió con otra pregunta: ¿Qué clase de gente es la que vive en el pueblo de donde vienes? El recién llegado replicó: ¡Oh!, son unos miserables, hostiles, mezquinos, sin sentimiento de solidaridad. ¡Es muy difícil convivir con ellos! Bien –dijo el sabio-, esa misma clase de gente encontrarás aquí. El poco tiempo, otro visitante llegó al pueblo y le hizo al sabio la misma pregunta: ¿Qué clase de gente vive aquí? El anciano replicó preguntando: ¿Cómo era la gente del lugar donde vienes? Oh –el segundo forastero respondió-, eran personas espléndidas, bondadosas, buenos amigos. Llenos de bondad. Siento haberlos dejado. Entonces –dijo el sabio- esa misma clase de gente encontrarás aquí.

Henry Thomas Hamblin (1873-1958) Del libro “El poder del pensamiento”

Nuestro primer pensamiento en cada circunstancia de la vida no debe ser ¿qué puedo conseguir?, sino ¿cómo puedo ayudar? Esto, desde luego parece una tontería de acuerdo con las normas mundanas comunes, pero es realmente la más elevada sabiduría, porque ella conduce al logro de una vida de verdadera armonía, satisfacción y paz.