lunes, 6 de julio de 2009

Simon Bull

El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.
Jorge Bucay

CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...

John Pitre

CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...

Comprendí que
en cualquier circunstancia
Yo estaba en el lugar correcto...
En la hora correcta...
En el momento exacto...
Entonces me relajé.
Hoy sé que eso
tiene nombre:
AUTOESTIMA
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD..
Me di cuenta
de que mi angustia
y sufrimientos emocionales
no pasan de ser una señal
de que voy
en contra de mis verdades.
Hoy sé que eso
es:
AUTENTICIDAD
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...
Dejé de desear
que mi vida
fuese distinta
y comencé a ver
que todo lo que sucede
contribuye a mi crecimiento.
Hoy
a eso le llamo:
MADUREZ
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...
Comencé a entender
cómo es ofensivo forzar
alguna situación o a alguien
para realizar
mis deseos
aún sabiendo
que no es el momento
o que la persona no está preparada,
inclusive yo misma.
Hoy sé
que el nombre de esto es:
RESPETO
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...
Comencé a despojarme de todo
lo que no fuera saludable:
personas, tareas,
todo y cualquier cosa
que me desanimara.
En principio, mi razón me llamó
la atención acerca de esa
actitud de egoísmo.
Hoy sé
que se llama:
AMOR PROPIO

CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...
Dejé de temerle a mi
tiempo libre
y de hacer grandes Planes. Abandoné proyectos a muy largo plazo.
Hoy hago lo que considero correcto,
lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy sé
que eso
es:
SIMPLICIDAD

CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...
Desistí de querer
tener siempre la razón
y con eso
cometí menos errores.
Hoy
descubrí
la...
HUMILDAD
CUANDO ME AMÉ DE
Dejé de
revivir el pasado
y de preocuparme
por el futuro.
Ahora,
me mantengo en el presente,
que es donde la vida realmente ocurre.
Hoy vivo un día a la vez...
Eso es:
PLENITUD
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD...
Entendí que mi mente puede perturbarme y decepcionarme.
Pero, cuando la coloco al servicio del corazón,
se torna una enorme y valiosa aliada.
Todo eso
es:
!SABER VIVIR!

UN BELLO CORAZÓN, para ti.

Mayte

Un joven estaba en el centro de la ciudad, proclamando tener el Corazón más bello de la región. Una multitud lo rodeó y todos admiraron su Corazón. No había marcas ni cualquier otro defecto. Todos estuvieron de acuerdo en que aquél era el Corazón más bello que hubiesen visto. El joven estaba muy orgulloso de su bello Corazón. De repente, un Anciano apareció frente a la multitud y dijo: “¿Por qué el Corazón del joven no es tan bonito como el mío?" La multitud y el joven miraron hacia el Corazón del anciano, que estaba latiendo con vigor, pero tenía muchas cicatrices. Tenía lugares en que se habían removido pedazos habiéndose colocado otros en su lugar, pero éstos no encajaban bien, causando muchas irregularidades. En ciertos puntos del Corazón, faltaban pedazos. El joven, al ver el Corazón del Anciano, dijo: “Usted debe estar bromeando... Compare nuestros Corazones. ¡El mío está perfecto, intacto y el suyo es una mezcla de cicatrices y Agujeros!" “¡Así es! – dijo el Anciano. Viéndolo, tu Corazón parece perfecto, pero yo no cambiaría el mío por el Tuyo." Mira, cada cicatriz representa una persona a la cuál le dí mi Amor. Tomé un pedazo de mi Corazón y se lo dí a cada una de esas personas. Muchas de ellas me dieron también un pedazo de su propio Corazón para que lo pusiera en el mío, pero, como los pedazos no eran exactamente iguales, posee irregularidades. El joven se quedó callado y las lágrimas rodaron por su rostro. Se aproximó al anciano. Arrancó un trozo de su perfecto y joven corazón y se lo ofreció al anciano, quien retribuyó el gesto. El joven miró su propio corazón, que ya no era perfecto como antes, sino más bello que nunca. Los dos se abrazaron y se fueron Juntos. Como debe ser de triste pasar la vida con el Corazón intacto....