sábado, 30 de agosto de 2008

ES HORA DE CAMBIAR

Mayte

Tal vez no sepas explicar bien que te ocurre, pero algo en tu interior te está enviando un mensaje. Lo presientes pero al mismo tiempo lo niegas, porque te da cierto temor. Sin embargo, hay señales que te marcan lo que inexorablemente necesitas: un cambio.

No lo esperabas, pero el destino mismo coloca delante de ti un desafío, una prueba. La vida te invita a dar nuevos pasos, por otros caminos. Percibes una tentación hacia lo desconocido. No temas, posees el coraje necesario para atreverte a cambiar de rumbo.

Claro que no es sencillo, tenías el hábito de hacer ciertas cosas siempre de la misma manera. Quizá pienses que necesitas más tiempo para tomar la decisión, que no es el momento oportuno, que aún no se dan todas las condiciones… Sin embargo, la gestación del cambio ya se ha iniciado. No lo postergues más. El día para comenzar es hoy.

Aferrarnos a lo desconocido, a lo habitual y rutinario, nos da cierta seguridad, pero a veces puede volverse un poco aburrido. Todo se renueva día a día. ¿Has advertido que ningún amanecer es igual al anterior?

Comienza por cambiar tu visión y el modo en que percibes y reflejas el mundo y, al poco tiempo, notarás la diferencia: habrás logrado modificar no solo tú interior, sino tu entorno. Todo se beneficiará a tu alrededor. Es un buen principio.

Nuestra propia renuencia al cambio puede provocarnos en algún momento una sensación de hastío con la que no es bueno convivir. Y una vez que llega, la única solución es combatirla, porque difícilmente ese hastío se vaya solo.

Cada uno de nosotros puede hacer algo para que no se instale en nuestra existencia.

Si te mantienes siempre en movimiento y haces nuevos planes evitarás que tu vida caiga en la rutina y en la quietud.

Puedes luchar contra la rutina con optimismo, creatividad y perseverancia. Una vez que el impulso de cambiar ha surgido en ti debes recurrir a toda tu fuerza y experiencia, para no claudicar, para no dejarte vencer, para seguir por el nuevo camino a pesar de las dificultades. Tal vez produzcas mucha adrenalina en esta emocionante aventura de renovar tu vida, pero verás que esto es muy gratificante.

Quizás creas que has perdido el último tren que podría conducirte a esa situación o ese estado que anhelas. Quizás sientas que tu tiempo para hacer algo nuevo ya ha pasado. Pero no es así: la capacidad para cambiar no se pierde jamás, ni siquiera con los años. Nunca es tarde para darle un giro a tu vida, incluso, si ese giro es de 180 grados y deseas comenzar todo de cero.

Lo que nos diferencia del resto de las criaturas es la facultad de elegir, de decidir, de abrazar otras causas y de redefinirnos mediante nuestra voluntad.

Podemos recrearnos o reconstruirnos a partir de nuestras antiguas normas o romper con todo lo precedente y renacer originales, distintos, irreconocibles y, como un niño, jugar a ser otros a pesar de seguir siendo nosotros mismos.

Diseña tu vida según el modelo que quieras lograr, como un artista que crea ante la tela en blanco o trabaja sus materiales sin forma para transformarlos luego en una figura. Puedes recrearte a tu gusto, hasta quedar por completo, conforme con lo que eres y con la vida que has elegido.

Habrá una lucha en tu interior. Motivos que te hagan dudar, temores, incertidumbres. No te detengas, existe la promesa de algo excelente para ti en algún lugar de este mundo. Tú puedes alcanzarlo y te lo mereces. Confía en ti mismo y confía en que Dios te ayudará.

No lo dudes, si no te quedas inmóvil, una vez que te quedas en marcha, ya nada permanecerá igual. Si has tomado esta decisión es porque hay cosas que te satisfacen, que te enfrentan con la frustración y porque deseas vivir mejor de lo que vives. Medita unos instantes y analiza qué necesitas para lograrlo. Una vez que lo descubras, sin perder un minuto más, sal a buscarlo. Hay otros que también, como tu, están cambiando. Verás que este impulso te produce casi de inmediato una sensación de libertad.

Dentro de esa libertad está el propio fluir de la vida, una manera natural en que las cosas se encaminan y te van llevando, como la corriente de las aguas, a la desembocadura del lago más grande, más extenso que el pasado. Hay momentos para planificar y controlar, pero hay otros para improvisar y dejar que la vida nos sorprenda, ver qué tiene preparado para nosotros. Abandónate de vez en cuando y déjate llevar por esa corriente sabia y natural.

Los cambios positivos resultan siempre una evolución, ascender a otra instancia, progresar. A veces no nos damos cuenta de esto en el momento en que llegan y nos aferramos, con obstinación, a ciertas situaciones. Pero, si cuando nos ocurre algo distinto, evitamos estancarnos, logramos aprender y tenemos más oportunidades al alcance de la mano.

Las personas que te conocen creen saber cómo responderás o cómo reaccionarás ante determinadas situaciones. Tú mismo debes haber pensado alguna vez que ya no tenías secretos para nadie, que los demás ya habían descubierto cómo eres y sabían qué esperar de tu forma de ser. En cierto modo esto te hace vulnerable.

Nada de esto constituye una verdad irrevocable. Comienza por sorprender a todos con una pequeña actitud, una respuesta o un cambio de vestuario que llame su atención. Demuéstrale al mundo que puedes modificar una manera de ser rígida que no te conviene. Ponte a prueba. Atrévete a lograr que los demás reparen en ti y murmuren sobre tus cambios. Verás que gratificante es, como aumenta tu autoestima y tu seguridad para animarte a cambiar aún más.

Tus cambios provocarán cierto revuelo en tu vida cotidiana y en la relación de las personas que te rodean: pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo. Esto ocurre porque frecuentemente todo lo nuevo aparenta ser, al comienzo, muy extraño aunque signifique un enriquecimiento que te abrirá nuevas puertas y nuevas relaciones. Ten paciencia para esperar que los demás acepten tu renovación y se adapten. Luego te darán más aliento y energía cuando descubran que es algo necesario y positivo para ti.

Entregarse a la posibilidad de un cambio no implica abandonar todas nuestras singularidades.

Hay cosas que es bueno conservar. Una persona equilibrada posee cualidades inalterables que la han traído hasta este punto de su camino, que han hecho de ella alguien especial y único.

Sé valiente, arriésgate y ten coraje para vivir aventuras y experimentar nuevas sensaciones. Estas vivencias nos hacen crecer y quedan para siempre en nuestros recuerdos. Cuantas más emociones descubras, más insospechadas inquietudes y energías te asaltarán. Y así tu mirada se abrirá a nuevos horizontes, a distintos caminos o lejanos paisajes en el mundo exterior o… en tu mente.

El universo es inmenso e inagotable. Tus posibilidades para cambiar son infinitas.

A veces las personas temen los cambios porque piensan que pueden equivocarse y luego tener que convivir para siempre con sus errores. Pero la vida se renueva constantemente; habrá nuevos problemas pero también nuevas soluciones. Si te equivocas al cambiar algo, podrás salvar el error cambiando una vez más. Nada es definitivo.

Aventúrate en esos mares desconocidos pero ansiados. Acepta los desafíos que representa. Sabes quien eres pero ignoras quien puedes llegar a ser si te lanzas detrás de este sueño, si aprovechas al máximo tus oportunidades y utilizas todos tus recursos interiores. Sal a buscar el sueño; si te quedas en la casa del pasado, nada cambiará por sí solo.

Existe allí fuera un mundo esperado por ti, y puedes encontrarlo hoy mismo, no en un futuro lejano. El hecho simple de una decisión te llevará a él. No postergues más tu felicidad; presta atención a las señales: nunca sabes que nuevas oportunidades te trae cada día. No esperes el milagro: el milagro eres tú. Festeja cada momento, celebra las bendiciones de tu vida y recuerda que si algo te inquieta, te hace sufrir, o no se presenta como deseas, puedes cambiarlo.

No formes parte del público en la obra de tu vida. Has conseguido el papel principal, eres el protagonista. Y, como los actores, eres capaz de cambiar tu rol, pero siempre te encuentras en el centro de la escena. Se encienden las luces, se abre el telón…Sal ahora mismo al escenario. Sin miedo, sin timidez, sin inhibiciones. El teatro caerá rendido a tus pies. Mantén la fe y la calma. Renuévate para vivir mejor y escucharás los aplausos. Son el premio al coraje para quien toma decisiones y se atreve a saltar si red rumbo a sus aspiraciones y a su sueño.

¡ES HORA DE CAMBIAR!


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